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La nutrición es un aspecto fundamental en la fertilidad masculina: un déficit de ciertos nutrientes, los hábitos tóxicos o el sobrepeso pueden afectar negativamente a la calidad del semen.
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Una dieta rica en antioxidantes protege a los espermatozoides frente a daños en su ADN, que puede ser una de las causas de infertilidad o subfertilidad masculina.
La nutrición es un factor fundamental en la fertilidad masculina y a la vez uno de los que menos en cuenta se tienen y menos se estudian. Una correcta producción de espermatozoides requiere de un buen estado de salud psicofísico y un equilibrio hormonal en el hombre. Por ejemplo, es conocida la relación entre la obesidad o el estrés con una baja calidad seminal.
Además, los espermatozoides son especialmente susceptibles al daño en su material genético. El ADN que contienen debe ser correctamente descondensado una vez fecundado el óvulo para pasar a formar parte de la genética del futuro embrión. Algunas moléculas conocidas como “especies reactivas del oxígeno” pueden alterar la estructura de este ADN, fragmentándolo y comprometiendo su capacidad para llevar a cabo este proceso.
Una dieta rica en antioxidantes como por ejemplo las vitaminas C y E o minerales como el zinc o el selenio puede restablecer el equilibrio oxidativo natural y proteger el ADN de los espermatozoides frente a los daños en su estructura.
Entre los micronutrientes más importantes relacionados con la fertilidad masculina encontramos:
Las vitaminas C y E han demostrado poseer un potente efecto antioxidante. Además, la vitamina C ejerce un papel fundamental en la fertilidad masculina, protegiendo a los espermatozoides frente al daño oxidativo y mejorando la movilidad y morfología espermática en pacientes con alteraciones leves o moderadas.
El ácido fólico o vitamina B9 es especialmente importante durante la división celular y la producción de espermatozoides. Todos los hombres producen un porcentaje de espermatozoides anómalos, pero una deficiencia de ácido fólico puede conllevar un aumento en su proporción.
El zinc juega un papel fundamental en múltiples procesos celulares. Se ha demostrado que en los espermatozoides juega un papel importante en la protección frente a bacterias, prevención del daño en los cromosomas y un aumento en la producción de espermatozoides.
De forma natural, el líquido seminal contiene zinc, que es secretado por la próstata. En hombres con déficit de este mineral la calidad espermática puede verse afectada.
El selenio es otro mineral con una estrecha relación con la capacidad reproductiva del varón. Es un elemento esencial en la síntesis de testosterona y en la espermatogénesis, así como en el mantenimiento de la estructura y correcta morfología de los espermatozoides.
La L-carnitina y el Coenzima Q10 han demostrado ser esenciales en el metabolismo energético de las células y son por lo tanto muy importantes en la motilidad de los espermatozoides, que requiere de alta dosis de energía.
Otros antioxidantes como por ejemplo los carotenos, ejercen un papel protector frente a las sustancias reactivas del oxígeno, que son las causantes del daño estructural en el ADN que contienen los espermatozoides.
En resumen, múltiples análisis científicos evidencian la relación entre una dieta rica en antioxidantes y la reducción en la fragmentación del ADN espermático. El efecto sobre algunos parámetros seminales como la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides parece ser positivo, pero es necesaria una mayor investigación en este aspecto.
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