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De forma natural, las mucosas del ser humano están colonizadas por microorganismos que conforman un complejo ecosistema conocido como flora microbiana o microbiota.
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Esta relación de simbiosis con nuestra flora bacteriana es esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, la absorción de nutrientes o la prevención de infecciones, entre otros.
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La suplementación con probióticos contribuye a mantener una flora microbiana sana
De forma natural, las mucosas del ser humano están colonizadas por microorganismos, principalmente bacterias, pero también levaduras y protozoos entre otros que conforman un complejo ecosistema conocido como flora microbiana o microbiota.
Estos microorganismos colonizan los tejidos desde el nacimiento y su composición exacta varía en cada individuo, fruto principalmente de su entorno y alimentación. Ejercen una simbiosis con su huésped, de modo que contribuyen a su estado de salud protegiéndolo contra otros microorganismos y regulando el sistema inmunológico entre otros.
Por ejemplo, a nivel intestinal, la flora microbiana ejerce un papel fundamental en la protección frente a infecciones y en la correcta absorción de los nutrientes. En los aparatos urinario y genital, una flora bacteriana sana protege frente a la aparición de infecciones, que son la causa más frecuente de visita al ginecólogo.
A nivel reproductivo, una flora bacteriana sana y equilibrada es esencial para que el tracto genital posea el ambiente necesario para que se produzca la fecundación del óvulo, así como la posterior implantación y desarrollo del embrión.
La función protectora frente a infecciones juega también un papel fundamental, puesto que pueden ser dificultar la concepción. En algunas ocasiones, este tipo de infecciones pueden pasar inadvertidas pero influir en una reducción de la capacidad reproductiva. Algunos estudios señalan que hasta el 19% de las mujeres con dificultades para concebir sufren vaginosis bacteriana, aunque en algunos casos pase desapercibida(1).
Las infecciones genitourinarias podrían causar también una reducción en la tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida. El mismo estudio citado anteriormente detectó una menor tasa de embarazo mediante fecundación in vitro en mujeres con una microbiota vaginal anormal.
En el caso del hombre, la flora bacteriana juega un papel fundamental para evitar posibles infecciones que reducirían la calidad espermática o reducirían la capacidad de fecundación.
¿En qué situaciones se puede producir un desequilibrio en la flora vaginal?
Algunas situaciones como la administración de antibióticos, la utilización de la píldora anticonceptiva, relaciones sexuales de riesgo o el propio embarazo pueden favorecer el desequilibrio de este ecosistema.
La nutrición también es muy importante: reduciendo la ingesta de azúcares simples y de alcohol podemos favorecer el equilibrio en nuestra flora.
¿Qué son los probióticos?
Entendemos por probióticos aquellos alimentos o suplementos nutricionales que contienen microorganismos que logran llegar vivos al intestino y pasar a formar parte de la microbiota.
El género Lactobacillus es el predominante en la flora vaginal. Su toma por vía oral o vaginal ha demostrado ser eficaz en el mantenimiento de una flora saludable. Según múltiples estudios, la flora vaginal se forma en el intestino, por lo que los suplementos de probióticos por vía oral o vía vaginal pueden ser igualmente eficaces (2).
La suplementación con probióticos del género Lactobacillus se ha demostrado eficaz en la prevención de infecciones vaginales y en la reducción de procesos inflamatorios. En relación con los tratamientos de reproducción asistida, se ha observado un incremento en la tasa de implantación y de nacimientos en las transferencias embrionarias cuyos catéteres presentaban lactobacilos después del proceso(3).
[1] Haahr T., Jensen J.S., Thomsen L., Duus L., Rygaard K. and Humaidan P. (2016). Abnormal vaginal microbiota may be associated with poor reproductive outcomes: a prospective study in IVF patients. Hum Reprod. 31(4), 795-803.
[2] Santosh S. Waigankar and Vimal Patel. (2011) Role of probiotics in urogenital healthcare. J Midlife Health. 2(1) 5–10.
[3] Sirota I., Zarek S., Segars J. (2014) Potential Influence of the Microbiome on Infertility and Assisted Reproductive Technology. Semin Reprod Med. 32(1),: 35–42.
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